¿Recordáis cuando éramos pequeñas y espiábamos a nuestras madres mientras se arreglaban? Primero las veíamos limpiarse el rostro con un algodón, luego la hidratante, pasando por otro par de botecillos que no sabíamos qué podían ser…aplicándolo siempre con delicadeza y suavidad.
Y llegaba el momento de coger ese neceser donde estaba todo “lo chulo”, ¡el color! Nos escondíamos detrás de la puerta para ver lo guapas que se ponían con unos pequeños gestos: un poquito de sombra de ojos que aplicaba con los dedos y un delineado negro fino, algo de máscara de pestañas, un poquito de colorete y ese lápiz de labios que tantas veces le cogías a escondidas para dar besos al espejo… Y voilá! Mamá estaba guapísima y lista para salir a cenar.
Tu primera rutina de belleza
Las rutinas y rituales de belleza se han ido trasladando de madres a hijas. Ella te enseñó a cuidarte la piel y a sacar partido a tus rasgos, ¿nunca te ha dicho tu madre que estás más guapa con el pelo recogido?
Sin embargo, con el tiempo hemos sido testigos de cómo las hijas se han convertido en las nuevas consejeras beauty. Ahora son ellas las que están mejor informadas gracias a la lectura de revistas especializadas y lifestyle. Además, gracias a las nuevas tecnologías, las millenials han acercado el mundo de la belleza a sus madres a base de click con las redes sociales o con aplicaciones de maquillaje como la Aplicación Virtual de Mary Kay.
Y ahora, ¿qué ha cambiado?
Tu madre te enseñó la importancia de una buena limpieza y un buen cuidado de la piel para tener una piel bonita, pero tú le enseñaste que hay muchísimas más opciones. Las limpiadoras e hidratantes se han adaptado a todos los gustos, encontrándolas en texturas en crema, en gel, con propiedades exfoliantes y con un número infinito de beneficios. Y aunque ellas sean fieles a su crema de toda la vida, son las hijas las que le enseñan a sus madres todas las posibles opciones y les invitan a cambiar y probar nuevos productos.
Tanto si eres madre, como hija o ambas cosas, puede que aún no hayas encontrado una rutina que te convenza, productos que al probarlos en casa, no te gustan o no se adaptan a ti. ¿A quién no le ha pasado? Te acabas comprando la crema de la tele, y después descubres que no te va bien. ¡Qué chasco!
La clave es encontrar la rutina perfecta adecuada a tu piel, porque no todas tenemos la piel ni nos van bien los mismos productos. Para ello, una Consultora de Belleza de Mary Kay será tu mejor aliada para conseguirlo. ¿Por qué no pruebas una sesión de belleza con tu madre? Podréis probar de forma gratuita todos los productos, os recomendará lo mejor para tu tipo de piel, sin ningún compromiso, y solo si os interesa, podréis comprarlos. De esta manera ¡siempre acertarás! ¡Verás que cambio!
El maquillaje, territorio de las más jóvenes
Aquí las tornas sí han cambiado y las hijas se han convertido en auténticas prescriptoras beauty. También es cierto que las herramientas y técnicas en maquillaje han ido evolucionando, así como sus formas de aplicación. Nuestra madre usaba los dedos, pero nosotras preferimos las brochas para darle un acabado más pulido al maquillaje. Nos “tragamos” cientos de tutoriales que nos cuentan cómo maquillarnos correctamente.
¿Os suenan algunas de estas frases? “No utilices tanto perfilador de labios mamá, que no se lleva”, “no te pases con el colorete, mamá, que vas a parecer un payaso, ¡solo un toque!”… Al final, en el maquillaje es donde más han cambiado las tendencias y es recomendable probar diferentes tonos y texturas, para ver el mejor para ti.
En este aspecto, también te puede ayudar una Consultora de Belleza Mary Kay. Podéis tener una sesión de auto-maquillaje con tu madre y que os enseñe cómo sacar más partido a vuestros rasgos. ¿No te parece un planazo? ¡veréis que vuestros gustos no son tan distintos!